En la parte sur-este del Sahara Occidental existe una basta llanura de arena y dunas doradas que se mezcla con inmensas montañas negras en forma de roca conocidas como Galaba o Galb. Esta fascinante tierra acoge en su seno a los nómadas saharauis que con la llegada de la lluvia y el nacimiento de infinitas variedades de arbustos y árboles como la acacia, invita a los camellos y las cabras a nueva estación de pastoreo en una pradera fértil; con la llegada de la vida a Tiris, que es el nombre de este autentico lugar llegan los poetas y los músicos, se enamoran los novios y nace la poesía como respuesta a la diversidad de la vida en su forma.
El poeta y erudito saharaui Chej Mohamed Elmami recorre la naturaleza de Tiris a través de un poema le ofrece al visitante un mapa de versos que le llevará sin lugar a dudas al corazón de esta tierra nacida del barro mojado de la poesía. Poetas contemporáneos como Badi le cantan y la enamoran, la añoran como una sensación de belleza y creación sublime que se expresa en cada verso que nace del alma.
Dentro de este contexto nace la poesía saharaui contemporánea escrita en castellano producto de la mezcla y fusión de culturas y lenguajes que permiten el nacimiento de una nueva generación de poetas que intentan rescatar las raíces y orígenes de la poesía saharaui, ya que la poesía saharaui convivió durante ciento-treinta años con la literatura española y producto de esa convivencia y la enorme influencia latinoamericana en los poetas que en su mayoría realizaron estudios en Cuba nace este nuevo canto desde el corazón del desierto para inspirase en poetas como Chej Mohamed Elmami, Mario Bendetti, García Lorca entre otros; el exilio y la situación de lucha por recuperar la libertad y la dignidad del pueblo saharaui son también una fuente inagotable de inspiración porque la dramática situación de los saharauis es el inicio de un largo verso que nació libre, quiere ser libre para no ser acallado por la opresión y porque solo desde la libertad es donde la imaginación encuentra su verdadero refugio.
Esta generación de poetas fiel al polvo de la arena del desierto y amiga de la mar conoce los versos americanos de Neruda y los versos ibéricos de Rafael Alberti intenta abrir su propio espacio africano rodeada por pueblos hablantes del árabe y el francés; pero el castellano como lengua sirve al pueblo saharaui para diferenciarse de otros pueblos y reivindicar sus orígenes mediante la poesía en hasania y español porque en Tiris, la tierra de los poetas, nació en su seno poemas cantados sobre los andares peregrinos de Don Quijote de La Mancha.