-¿Cómo valora la posición adoptada por España sobre el Plan de Autonomía?

-La de España ha sido una declaración apresurada, que no se corresponde con la opinión general española ni del Congreso, que reafirmó su apoyo al proceso de autodeterminación del pueblo saharaui. De una vez por todas, el Gobierno español debería aclararse y dejarse de contradicciones. Trata de contentar a todas las partes y lo único que consigue es crear confusiones.

-¿Se han sentido decepcionados con la postura del Ejecutivo de Zapatero?

-Sí que ha habido una sensación general de decepción, porque la política de Aznar fue muy clara en la defensa al derecho de la autodeterminación. El Gobierno de Zapatero, y no es un secreto para nadie, se ha alineado con Marruecos. Su forma de actuar no favorece la negociación ni la resolución del conflicto. No hace falta insinuar las intenciones de los saharauis, sabemos diferenciar qué es lo que nos conviene.

-¿A qué se refiere con su forma de actuar?

-Nosotros no exigimos del Gobierno de España que rompa sus relaciones con Marruecos, pero la venta de armas o el alineamiento con sus posturas no lo podemos aceptar. España tiene una deuda histórica y moral con nuestro pueblo, y esto está refrendado por la mayoría de la sociedad española.

-¿Qué esperan de la resolución que Naciones Unidas tomará a finales de este mes?

-Esperamos que reafirme el derecho de los saharauis a decidir libremente sobre su futuro, en línea con la resolución de Becker y otras tantas, que ignoran lo que los marroquíes tratan ahora de poner sobre la mesa.

-¿Y en el caso de que no se apruebe?

-Los saharauis no nos vamos a echar atrás. Preferimos la paz y la solución pacífica, que la comunidad internacional sea consecuente con sus decisiones, pero no descartamos la vuelta a las armas.

-¿Podrían afrontar un conflicto armado en estos momentos?

-Claro que podemos, lo hemos hecho antes y con pocos medios. Ahora somos más, más unidos, mejor preparados y respetados por muchos países amigos y la legalidad internacional. Tenemos la voluntad y la determinación de entrar en el conflicto armado.

-¿Cree que contarían con el apoyo de Argelia?

-Confiamos en el apoyo argelino. Recientemente el presidente Buteflika dijo que no descarta que se vuelva a la guerra si no se respetan las decisiones de la Organización de las Naciones Unidas. Pero no sólo contamos con su respaldo.

-Y si finalmente se produjese el proceso de autodeterminación, ¿se abriría el escenario para la constitución de más partidos políticos?

-Eso está en nuestra Constitución. Nosotros estamos a favor del multipartidismo.

-En cuanto al censo de la población saharaui, ¿podría establecer una cifra aproximada?

-El número adoptado por la ONU es de 86.000.

-¿Pero se habla de muchos más, hasta 200.000?

-Sí, pero no son cifras exactas y debe someterse de nuevo a debate para establecer una cifra más realista.

-¿Cuáles son los últimos acontecimientos en los territorios ocupados?

-Hay mucha tensión. Las manifestaciones se producen cada vez con mas frecuencia en todas las ciudades, y los marroquíes, con su Ejército, están asediando todas las zonas. Sigue la represión y la tortura. Exigimos que la Minurso cree un mecanismo para controlar y defender los Derechos Humanos, y que se abra el territorio para los observadores y la prensa, para que puedan dar su testimonio de lo que alli sucede.

-Mohamed Abdelaziz declaró recientemente que Marruecos favorece la deportación forzosa de los saharauis, incluso a las «profundidades del Océano».

-La represión y las malas condiciones en el Sahara son elementos fundamentales para forzar a los jóvenes a emigrar clandestinamente. Han conseguido que cambien de rumbo las rutas de la inmigración. Esto lo impulsa Marruecos para vaciar las ciudades de saharauis. Sobre todo en el caso de los jóvenes, que son los que están detrás de la intifada, intentan convencerles de que se alejen de la resistencia.

-La prensa marroquí relaciona al Polisario con grupos terroristas.

-Es un arma propagandística, divulgan que tenemos relaciones con Al Qaida, y lo hacen para que la comunidad internacional piense que no podemos garantizar la seguridad de la zona. Nosotros decimos que los que no pueden garantizar la seguridad son los marroquíes, es una fábrica de exportación de terroristas mediante la inmigración