La otra tarde en el Congreso Moratinos volvió a insistir en que al conflicto del Sáhara Occidental hay que buscarle "una solución definitiva", lo que para los que estamos algo iniciados en el asunto no significa otra cosa distinta a que hay que plegarse a Marruecos y procurar por todos los medios que la ONU dé su visto bueno a ese supuesto plan de autonomía que, al margen de los principios del Derecho Internacional y de las resoluciones de aquel alto organismo, se cuenta que ha elaborado aquella monarquía de rasgos feudalizantes.
Porque todas las demás soluciones que se han encontrado hasta ahora dentro de la legalidad internacional, aunque hayan contado con la firma inicial de Marruecos, finalmente se han topado con su rotunda oposición a cumplir con aquélla: es decir, a rectificar y a asumir que lo que sucedió hace treinta años, con la complicidad de España, fue la mayor de las infamias. Y que la presencia de Marruecos en el Sáhara Occidental ha sido hasta ahora absolutamente ilegal. Pero qué más le dará a este Gobierno eso de cumplir con la legalidad internacional. A fin de cuentas, si hay algo por lo que se caracteriza en su concepción de la Ley y de su aplicación es por el mayor de los relativismos, como cada día vemos que sucede en tantas otras materias.
Es decir, que lo que nos dice el máximo responsable de nuestra política exterior es que entre todos debemos colaborar para que quede consagrada por la ONU la invasión de aquel territorio por la fuerza de las armas y de las bombas de napalm -y no mediante la pantomima mediática de la 'Marcha Verde'- que Marruecos inició en 1975 -en contra del dictamen del Tribunal de La Haya que el mismo Hassan II había pedido- y que tendría su continuidad en 1979. Menciono esta última fecha menos conocida porque aquel verano tuvo lugar el Tratado de Paz entre el Frente Polisario y Mauritania por el que éste último país cedió a la República Arabe Saharaui Democrática la parte del territorio -más o menos coincidente con la zona de Tiris y Río de Oro- que le había correspondido en los ignominiosos Acuerdos de Madrid.
Muchas veces se olvida que entonces a Marruecos también le importaron un comino los dichos acuerdos y que en 1979 inició la ocupación del sur del territorio sin guardar la menor consideración de lo que había firmado cuatro años antes. Y es que el hecho de que muchos botarates sigan invocando los Acuerdos Tripartitos de Madrid para justificar la presencia de Marruecos en lugares como Dajla- Villacisneros es una muestra más de la mezcla de ignorancia, mala fe y desidia intelectual con la que se suele tratar el problema del Sáhara Occidental. Para empezar, la ONU no les otorgó nunca validez, tal como dejó claro en 2002 su Oficina de Asuntos Jurídicos al señalar que con ellos Marruecos ni siquiera adquirió la condición de Potencia Administradora de un territorio que sigue estando sometido a un proceso de descolonización. Pero es que incluso quienes invocan los llamados Acuerdos Tripartitos ignorando que no fueron más que la certificación escrita de que, al margen de lo que dijera la ONU, España se largaba de allí, parecen también ignorar que, como su propio nombre indica, los Acuerdos fueron firmados por tres partes: España, Marruecos y Mauritania. Y que en 1979 una de ellas cedió la parte que le había tocado en el reparto a quien nunca ha dejado de ser y seguirá siendo siempre el verdadero depositario de la soberanía: el pueblo saharaui y la entidad que, entre las ruinas de la traición y del exilio se vieron obligados a constituir aquel 27 de febrero de 1976 a golpe de heridas y fuego de las bombas: la República Arabe Saharaui Democrática.
Pero vuelvo a Moratinos y a su intervención del pasado miércoles en el Congreso, a pocos días de que hoy Zapatero vuelva a rendir pleitesía a Mohammed VI: Lo más penoso no es solamente que haya que buscar una "solución definitiva" y al precio que sea para tener contento a Marruecos, sino la coartada con la que aquélla se justifica, asegurando que esa es "la mejor ayuda humanitaria" que se puede dar a los saharauis. Tampoco es nuevo el recurso al humanitarismo para justificar la laxitud en la aplicación de la Ley por parte de este Gobierno. Pero es que con ello Moratinos ignora que la ayuda para el sustento en lo más árido del desierto de aquéllos a quienes abandonamos no es algo que pueda ser fruto de la generosidad, sino que les es debido por derecho propio, porque si están en la situación en la que están y se creó el conflicto que se creó fue por la responsabilidad de España. Pero es que con sus palabras Moratinos también ejerce cierta forma de chantaje político en torno a dichas ayudas, que no sé si habrán crecido con el PSOE, como éste partido suele proclamar para lavar su conciencia por su descarado activismo promarroquí en los más diversos ámbitos internacionales, pero que a nivel mundial sí que han descendido drásticamente al haber comenzado de manera unilateral a cuantificarse de modo distinto la población afectada. Eso sí, de lo que no habla Moratinos es de que mientras con una mano les regateamos a los saharauis dichas ayudas, con la otra vendemos a Marruecos material militar por valor de 200 millones de euros que puede ser utilizado contra ellos.
Ya por último, terminaré por decir que nada más lejos de la realidad y de los deseos de los saharauis que una "solución definitiva" que pasase por agachar la cabeza ante quienes hace años les invadieron, pues no han pasado más de tres décadas de penalidades en el desierto y en los territorios ocupados para eso. Y, por cierto, nada más lejos del interés de España y, sobre todo, de Canarias, porque crearía un precedente peligrosísimo en el noroeste de Africa de cara al futuro, motivo y razón de más para que su lucha deba seguir siendo, en gran medida, nuestra lucha, por bien que debamos llevarnos en nuestras relaciones de vecindad con Marruecos y por complicado que sea compatibilizar ambas actitudes. Y si Marruecos quiere conceder a los saharauis un simulacro de autonomía, tampoco creo que con eso vaya a hacerles mucho más daño del que ya les ha hecho. Si la ONU es digna de sus principios nunca podrá darle ese marchamo legal "definitivo" de que habla Moratinos. Y, pase lo que pase y de un modo u otro, son muchos los saharauis que están convencidos de que la historia de su lucha por la libertad, lejos de todo integrismo religioso y en convivencia fructífera con los demás pueblos del Magreb, no ha hecho más que comenzar.
Federico Echanove
(Este artículo fue publicado el pasado día 5, cuando se iniciaba la Cumbre marroquí de Rabat)
Publicado el 5 de marzo de 2007
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EL MUNDO- LA GACETA DE CANARIAS
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