Y es que a España aún le corresponden importantes responsabilidades históricas, morales e incluso jurídicas sobre los habitantes del territorio, además de sobre la resolución del conflicto al que dimos lugar con nuestra retirada de 1975. Y es por ello que, hoy más que nunca, queremos recordarle el compromiso que adquirió en El Aaiun el 2 de noviembre de aquel año, cuando, siendo aún Príncipe de España y a pocas semanas de acceder a la Jefatura del Estado, manifestó que la acción diplomática de España estaría en el futuro orientada a preservar los Derechos legítimos de la población saharaui "ya que nuestra posición en el mundo y nuestra historia nos lo exigen".
Eran aquellos unos tiempos muy distintos a los actuales para España y los españoles, que iniciábamos una etapa aún preñada de esperanzas e incertidumbres. Y en los meses posteriores, y con usted como motor del cambio, felizmente pudimos encaminarnos, con el concurso de todos, por una nueva senda de libertad y democracia.
"SACRIFICADOS DE LA TRANSICION"
Pero los grandes sacrificados de aquella magna operación política denominada 'Transición Democrática', que constituyó un ejemplo para el mundo entero, fueron aquellos a quienes abandonamos a su suerte en aquel territorio que hasta entonces había sido una provincia española más, con sus mismos derechos y obligaciones.
Y mientras nosotros nos encaminábamos hacia una sociedad más próspera y más libre, aquellos que hasta unos días antes habían sido nuestros conciudadanos se vieron condenados a la barbarie de una invasión extranjera, la guerra y al exilio forzoso, cuando no fueron muertos o bombardeados.
Pero las palabras de Vuestra Majestad no han sido olvidadas por los saharauis, que siguen confiando en que algún día puedan ver satisfechos en su integridad sus derechos con la ayuda de España, aunque declaraciones como las efectuadas por el presidente del Gobierno en Rabat parezcan indicar lo contrario.
REPRESENTACION DEL ESTADO
Es por ello, Majestad, que creemos que la visita en la que a partir de mañana vais a llevar la máxima representación del Estado a Argelia -tan fraternalmente unida al pueblo saharaui, por haber sido durante más de tres décadas su principal ayuda y refugio- debiera servir para rectificar la pésima impresión dejada por vuestro Gobierno en Rabat.
Nos atrevemos a solicitaros que debiera servir para dejar claro que, con independencia de lo que coyunturalmente puedan manifestar unos u otros de vuestros Gobiernos, y de que algunos estén particularmente desacertados, España va a seguir siendo fiel a los compromisos adquiridos. Y que estos ineludiblemente pasan por respaldar sin matices las resoluciones de la ONU.
Y es que por necesarias y convenientes que sean las relaciones de buena vecindad con el Reino de Marruecos en ningún caso pueden tener como implicación el deshonor y la indignidad que para nuestro país implicaría el que dejase de atender sus obligaciones internacionales, tal como el Reino de Marruecos parece pretender mediante los cantos de sirena a los que algunos prestan oídos.
REPARAR LA INJUSTICIA
Los esfuerzos de España y de la Unión Europea por afianzar sus relaciones con el Magreb no pueden construirse privilegiando a unos sobre otros y los tan deseados avances de sus pueblos hacia la libertad y la democracia no serán reales ni efectivos, mientras no se se repare la tremenda injusticia cometida con el pueblo saharaui. Y es que si obraramos de otro modo estaríamos creando un pésimo precedente y la tan ansiada estabilidad de una zona de tanta importancia estratégica para España no descansaría nunca sobre bases sólidas.
Por tanto, Majestad, vuestra visita a Argelia es una excelente oportunidad para reafirmar el compromiso de España en la búsqueda de una solución justa y duradera a este conflicto, aunque también quisiéramos dejar claro que nadie puede sustituir como interlocutor en la búsqueda de una solución al pueblo del Sáhara Occidental y a sus representantes legítimos internacionalmente reconocidos. Los intentos de tratar de buscar una solución mediante la marginación de los únicos depositarios de la soberanía del territorio estarán siempre condenados al fracaso.
CESE DE LA REPRESION
Del mismo modo, Majestad, nos atrevemos a solicitar vuestra influencia para que cese la represión de los activistas saharauis en los territorios ocupados por Marruecos, en donde cada día se conculcan las libertades más elementales y se detiene a jóvenes y adolescentes por reivindicar el respeto de esos mismos Derechos que su Majestad aseguró, cuando era Príncipe de España, que nuestro país seguiría defendiendo siempre.
Madrid, 12 de marzo de 2007.