La Universidad Obrera del Distrito Federal de México acogió este martes una charla sobre la problemática del Muro de la Vergüenza marroquí que divide al Sáhara Occidental moderada por Juan Guillermo Hernández Durán, del Partido Popular Socialista, que mostró su solidaridad con el Pueblo Saharaui y dio la bienvenida al país a los participantes en el ARTSahara México.
El embajador de la República Saharaui en México, Ahmed Mulay describió el horror que supone la existencia de un muro que separa a las familias saharauis desde hace más de 38 años. Narró la experiencia de su propia familia de la que estuvo separado más de 35 años hasta que participó en uno de los reencuentros familiares promovidos por las Naciones Unidas.
"Dejé a mi hermano con 2 años y lo encontré con 37. Es horrible. Tenemos que derribar el muro, pero no olvidarlo. Queremos construir un nuevo muro de 2.700 kilómetros de árboles y flores para que no se repita esta barbarie", agregó.
Por su parte Salvador Belmonte, director de ARTSaharaMéxico cuyo eslogan es "Derribando muros, construyendo puentes", declaró que el objetivo de este encuentros es que la causa saharaui se extienda como un reguero de pólvora.
La ponencia de Elisa Pavón, periodista y copromotora de "Dales Voz a las Víctimas", se centró precisamente en el triángulo Muro-Minas-Víctimas. Su organización, que trabaja en la visibilización de esta problemática, lucha porque Marruecos firme los tratados de Oslo y Ottawa, contra las bombas de racimo y contra las minas terrestres, lo que supondría un avance fundamental para la destrucción del muro.
"Las víctimas son beduinos, también sus animales, su sustento. La semana pasada se han producido tres víctimas más, una de ellas un niño de 10 años; -añadió Pavón- pero es muy precaria la información que existe alrededor del muro y las víctimas".
Precisamente el Gobierno de la República Árabe Saharaui Democrática ha creado un grupo de coordinación para todas las organizaciones que trabajan la grave problemática de las minas, gestionado por SMACO. El mandato de esta institución es dirigir la política de la RASD, como firmante de los dos tratados mencionados, para la destrucción de minas y resto de armamento bélico existentes en su territorio y la promoción de la desaparición de estos artefactos mortales.
El muro -protegido por más de 160.000 soldados, 138 puestos de control y sofisticado armamento- es uno de las claves del control del territorio saharaui por parte de las fuerzas de ocupación y constituye uno de los mayores peligros para la población refugiada que sobrevive en los territorios liberados. Actualmente el Sahara Occidental es uno de los diez territorios más contaminados del mundo y el primero en peligrosidad en lo referente a las minas.
La petición compartida de los ponentes, entre los que también se encontraba Fernando Peraita, presidente de la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Sevilla, España, fue que la solidaridad traspase fronteras y muros para que se construya un mundo mejor limpio de minas y armas. Una propuesta que fue acogida con un gran aplauso por el público mexicano asistente al salón de actos de la Universidad Obrera de que a lo largo de la tarde mostró sus sorpresa ante las imágenes de la víctimas y sus testimonios de supervivencia en el desierto hostil del refugio.
El Festival ARTSaharaMéxico, que se inauguró el pasado lunes 24, reunirá durante quince días a artistas de nueve nacionalidades en la capital de México –país que reconoce a la RASD desde 1979- para visibilizar el conflicto saharaui y reivindicar el respeto a los Derechos Humanos a través del Arte. El evento está organizado por la Asociación de Amigos de la República Árabe Saharaui, AMARAS, con el apoyo de la Embajada de la RASD y los artistas mexicanos vinculados a ARTifariti. (SPS)
La Universidad Obrera del Distrito Federal de México acogió este martes una charla sobre la problemática del Muro de la Vergüenza marroquí que divide al Sáhara Occidental moderada por Juan Guillermo Hernández Durán, del Partido Popular Socialista, que mostró su solidaridad con el Pueblo Saharaui y dio la bienvenida al país a los participantes en el ARTSahara México.
El embajador de la República Saharaui en México, Ahmed Mulay describió el horror que supone la existencia de un muro que separa a las familias saharauis desde hace más de 38 años. Narró la experiencia de su propia familia de la que estuvo separado más de 35 años hasta que participó en uno de los reencuentros familiares promovidos por las Naciones Unidas.
"Dejé a mi hermano con 2 años y lo encontré con 37. Es horrible. Tenemos que derribar el muro, pero no olvidarlo. Queremos construir un nuevo muro de 2.700 kilómetros de árboles y flores para que no se repita esta barbarie", agregó.
Por su parte Salvador Belmonte, director de ARTSaharaMéxico cuyo eslogan es "Derribando muros, construyendo puentes", declaró que el objetivo de este encuentros es que la causa saharaui se extienda como un reguero de pólvora.
La ponencia de Elisa Pavón, periodista y copromotora de "Dales Voz a las Víctimas", se centró precisamente en el triángulo Muro-Minas-Víctimas. Su organización, que trabaja en la visibilización de esta problemática, lucha porque Marruecos firme los tratados de Oslo y Ottawa, contra las bombas de racimo y contra las minas terrestres, lo que supondría un avance fundamental para la destrucción del muro.
"Las víctimas son beduinos, también sus animales, su sustento. La semana pasada se han producido tres víctimas más, una de ellas un niño de 10 años; -añadió Pavón- pero es muy precaria la información que existe alrededor del muro y las víctimas".
Precisamente el Gobierno de la República Árabe Saharaui Democrática ha creado un grupo de coordinación para todas las organizaciones que trabajan la grave problemática de las minas, gestionado por SMACO. El mandato de esta institución es dirigir la política de la RASD, como firmante de los dos tratados mencionados, para la destrucción de minas y resto de armamento bélico existentes en su territorio y la promoción de la desaparición de estos artefactos mortales.
El muro -protegido por más de 160.000 soldados, 138 puestos de control y sofisticado armamento- es uno de las claves del control del territorio saharaui por parte de las fuerzas de ocupación y constituye uno de los mayores peligros para la población refugiada que sobrevive en los territorios liberados. Actualmente el Sahara Occidental es uno de los diez territorios más contaminados del mundo y el primero en peligrosidad en lo referente a las minas.
La petición compartida de los ponentes, entre los que también se encontraba Fernando Peraita, presidente de la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Sevilla, España, fue que la solidaridad traspase fronteras y muros para que se construya un mundo mejor limpio de minas y armas. Una propuesta que fue acogida con un gran aplauso por el público mexicano asistente al salón de actos de la Universidad Obrera de que a lo largo de la tarde mostró sus sorpresa ante las imágenes de la víctimas y sus testimonios de supervivencia en el desierto hostil del refugio.
El Festival ARTSaharaMéxico, que se inauguró el pasado lunes 24, reunirá durante quince días a artistas de nueve nacionalidades en la capital de México –país que reconoce a la RASD desde 1979- para visibilizar el conflicto saharaui y reivindicar el respeto a los Derechos Humanos a través del Arte. El evento está organizado por la Asociación de Amigos de la República Árabe Saharaui, AMARAS, con el apoyo de la Embajada de la RASD y los artistas mexicanos vinculados a ARTifariti. (SPS)
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