Cuatro meses después de que el Ministerio de Exteriores evacuara a los cooperantes españoles de los campamentos saharauis de Tinduf (Argelia) y aunque se mantiene su recomendación de no viajar a la zona por el riesgo de secuestro, son varias las ONG que continúan asentadas en el desierto.

En los campamentos siguen, por ejemplo, voluntarios de la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (CEAS-Sáhara), que está organizando además su tradicional viaje del puente de la Constitución con las familias que acogen en verano a niños saharauis.

Según los datos facilitados a Efe por CEAS, viajarán a los campamentos alrededor de seiscientas personas de comunidades como Madrid, el País Vasco, Andalucía o Castilla y León, una cifra inferior a la de años anteriores, cuando se llegaba a ochocientas personas.

El descenso, precisa no obstante la organización, no se debe al temor, sino al coste del viaje en este momento de crisis.

El departamento que dirige José Manuel García-Margallo no ha variado en su página web la alerta que activó en verano: "ante la situación de inseguridad y el elevado riesgo de secuestro que impera en la zona, se mantiene la recomendación de no viajar al sur desértico, incluidos los campamentos de refugiados saharauis".

Aunque reconocen que han mejorado las condiciones, fuentes diplomáticas consultadas por Efe han reiterado esta recomendación.

No pueden impedir que los cooperantes trabajen en los campamentos y subrayan también que, si hay algún problema, se actuará para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos españoles como es su obligación.

Sí siguen los consejos de Exteriores las ONG que colaboran con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), como Cruz Roja, la Asociación de Técnicos y Trabajadores sin Fronteras (Attsf), el Movimiento por la Paz el Desarme y la Libertad (MPDL) y el Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional (Cerai).

Sus cooperantes se mantienen en Argel y desde ahí se desplazan de forma puntual a los campamentos, que se encuentran a más de 1.400 millones y donde siguen trabajando sus colaboradores locales, como la Media Luna Roja.

El plan de Exteriores era que los cooperantes pasaran en una segunda fase a Tinduf, la localidad más próxima a la zona controlada por el Frente Polisario, y que, una vez garantizada plenamente la seguridad, pudieran volver a vivir en los campamentos, pero las conversaciones con las autoridades argelinas no han prosperado.

La evacuación de los cooperantes tuvo lugar el 28 de julio al contar Exteriores con informaciones que alertaban de un riesgo "inminente" de que se produjera un secuestro.

El Ministerio contrató a un experto en seguridad para estudiar la situación y a finales de septiembre García-Margallo advirtió en el Congreso de que el riesgo era real e incluso se había incrementado, ya que los campamentos se habían convertido en "uno de los únicos caladeros regionales" para los secuestradores, vinculados a grupos terroristas islamistas.

Pese a estas advertencias, sólo una semana después de la evacuación, varios miembros del movimiento solidario con los saharauis regresó a los campamentos al estimar que se ponía en peligro la continuidad de los proyectos de cooperación y al confiar en las condiciones de seguridad. EFE