Hoy se ha celebrado la Reunión de Alto Nivel Marruecos-España. Un encuentro de marcado carácter económico en el que Rajoy no sólo ha viajado acompañado de la mitad de su Ejecutivo sino, además, de empresarios encabezados por el presidente de la CEOE. He esperado a conocer el documento resultante de la reunión para escribir este post, aunque con esos ingredientes no habría sido necesario: se veía a la legua que el Sáhara Occidental aparecería mencionado, si acaso, por aquello de guardar las formas (finalmente ni siquiera ha sido así), pero que en realidad no importa un carajo… mucho menos los saharauis.
Y ello a pesar de los esfuerzos de organizaciones como CEAS-Sáhara que, con José Taboada al frente, remitieron al presidente una de las cartas más cabales y de contenido más sólido que he leído en mucho tiempo, reconociendo la importancia estratégica de las buenas relaciones con Marruecos pero, al mismo tiempo, subrayando que ello no debería ser óbice para que España asumiera su responsabilidad histórica con el pueblo saharaui.
Obviamente, este Gobierno, como ya hicieron absolutamente todos los anteriores con nuestro monarca a la cabeza, no dejará que unas violaciones de Derechos Humanos (DDHH), probadas y documentadas por las más diversas organizaciones internacionales, empañen las relaciones económicas. Rajoy ya tenía el dudoso honor de haber pertenecido a uno de estos Gobiernos hipócritas con esta cuestión; ahora, además, pasa a engrosar la lista de presidentes que miran a otro lado ante estas violaciones sistemáticas de DDHH y del Derecho Internacional. Ya ni siquiera se cuidan las formas: la ficha de Marruecos de la Oficina de Información Diplomática de nuestro ministerio de Asuntos Exteriores tiene la desfachatez de incluir el Sáhara Occidental en el cálculo de la superficie del reino de Mohamed VI.
Hace tan sólo unos días que el rey impuso la más alta distinción militar a los ‘héreos de Annual’, la derrota española en 1921 a manos de los rifeños que desencadenaría que, años después, España se convirtiera en el primer país en la Historia de la humanidad que emplea armas químicas directamente sobre población civil. De eso el monarca no mencionó nada en el acto… tampoco en su blog de la Casa Real. La experiencia en tapar realidades vergonzantes es un grado. El hecho es que el acto escoció en Marruecos, más aún porque recientemente su titular de Exteriores había solicitado al Gobierno español que asumiera su responsabilidad por el uso de gas mostaza en la guerra del Rif.
Así que hoy mientras unos veían hoy una Reunión de Alto Nivel, otros veíamos un Concurso de Baja Ralea, en la que ambos Gobiernos pisotean la Carta de Derechos Humanos y se tragaban -por el momento- sus recriminaciones mutuas, a cambio de seguir engordando las arcas de los poderosos, mientras los de abajo son explotados. Sí, ya saben, mientras los barcos españoles roban el pescado que legítimamente pertenece a los caladeros saharauis o las tan admiradas Inditex, El Corte Inglés, Cortefiel o Mango pagan en Tánger a razón de menos 180 euros al mes por 65 horas de costura.
Si eso es Alto Nivel, me van a perdonar, conozco a un buen puñado de españoles -y de ex españoles a la fuerza, como son los saharauis- que se encuentran literalmente en la estratosfera.
Hoy se ha celebrado la Reunión de Alto Nivel Marruecos-España. Un encuentro de marcado carácter económico en el que Rajoy no sólo ha viajado acompañado de la mitad de su Ejecutivo sino, además, de empresarios encabezados por el presidente de la CEOE. He esperado a conocer el documento resultante de la reunión para escribir este post, aunque con esos ingredientes no habría sido necesario: se veía a la legua que el Sáhara Occidental aparecería mencionado, si acaso, por aquello de guardar las formas (finalmente ni siquiera ha sido así), pero que en realidad no importa un carajo… mucho menos los saharauis.
Y ello a pesar de los esfuerzos de organizaciones como CEAS-Sáhara que, con José Taboada al frente, remitieron al presidente una de las cartas más cabales y de contenido más sólido que he leído en mucho tiempo, reconociendo la importancia estratégica de las buenas relaciones con Marruecos pero, al mismo tiempo, subrayando que ello no debería ser óbice para que España asumiera su responsabilidad histórica con el pueblo saharaui.
Obviamente, este Gobierno, como ya hicieron absolutamente todos los anteriores con nuestro monarca a la cabeza, no dejará que unas violaciones de Derechos Humanos (DDHH), probadas y documentadas por las más diversas organizaciones internacionales, empañen las relaciones económicas. Rajoy ya tenía el dudoso honor de haber pertenecido a uno de estos Gobiernos hipócritas con esta cuestión; ahora, además, pasa a engrosar la lista de presidentes que miran a otro lado ante estas violaciones sistemáticas de DDHH y del Derecho Internacional. Ya ni siquiera se cuidan las formas: la ficha de Marruecos de la Oficina de Información Diplomática de nuestro ministerio de Asuntos Exteriores tiene la desfachatez de incluir el Sáhara Occidental en el cálculo de la superficie del reino de Mohamed VI.
Hace tan sólo unos días que el rey impuso la más alta distinción militar a los ‘héreos de Annual’, la derrota española en 1921 a manos de los rifeños que desencadenaría que, años después, España se convirtiera en el primer país en la Historia de la humanidad que emplea armas químicas directamente sobre población civil. De eso el monarca no mencionó nada en el acto… tampoco en su blog de la Casa Real. La experiencia en tapar realidades vergonzantes es un grado. El hecho es que el acto escoció en Marruecos, más aún porque recientemente su titular de Exteriores había solicitado al Gobierno español que asumiera su responsabilidad por el uso de gas mostaza en la guerra del Rif.
Así que hoy mientras unos veían hoy una Reunión de Alto Nivel, otros veíamos un Concurso de Baja Ralea, en la que ambos Gobiernos pisotean la Carta de Derechos Humanos y se tragaban -por el momento- sus recriminaciones mutuas, a cambio de seguir engordando las arcas de los poderosos, mientras los de abajo son explotados. Sí, ya saben, mientras los barcos españoles roban el pescado que legítimamente pertenece a los caladeros saharauis o las tan admiradas Inditex, El Corte Inglés, Cortefiel o Mango pagan en Tánger a razón de menos 180 euros al mes por 65 horas de costura.
Si eso es Alto Nivel, me van a perdonar, conozco a un buen puñado de españoles -y de ex españoles a la fuerza, como son los saharauis- que se encuentran literalmente en la estratosfera.
"Login" | Entrar/Crear Cuenta | 0 Comentarios |
Los comentarios son propiedad de quien los envió. No somos responsables por su contenido. |