El gobierno de Mariano Rajoy se muestra dispuesto a relanzar la cooperación estratégica con Argelia, reactivando el Tratado de Amistad de noviembre de 2003 firmado entonces por José María Aznar y Abdelaziz Buteflika. Los resultados de la visita del ministro de Exteriores José Manuel García Margallo a Argel, la primera que hace el jefe de la diplomacia española a un país árabe, lo confirman.

El gobierno de Mariano Rajoy se muestra dispuesto a relanzar la cooperación estratégica con Argelia, reactivando el Tratado de Amistad de noviembre de 2003 firmado entonces por José María Aznar y Abdelaziz Buteflika. Los resultados de la visita del ministro de Exteriores José Manuel García Margallo a Argel, la primera que hace el jefe de la diplomacia española a un país árabe, lo confirman.

Margallo ya se había reunido anteriormente con el ministro marroquí de exteriores Salah Edin el Otmani, cuando éste vino a España a principios de febrero, pero éste ha sido su primer viaje al exterior a un país de la ribera sur del Mediterráneo. Margallo y su homólogo argelino Murad Medelci hablaron de la nueva situación creada por la primavera árabe en toda la región, incluido el inconcluso conflicto del Sahara Occidental, de la lucha antiterrorista y de la cooperación entre los dos países, en particular en el área energética y de infraestructuras.

El anuncio de la organización de una cumbre entre varios países europeos y norteafricanos el próximo mes de abril en Baleares, ha suscitado temores en Francia de que se forme una tenaza hispano-alemana que “amenace los intereses franceses en el Magreb”. Paris sigue considerando el Magreb como su zona de influencia casi exclusiva, y ve con malos ojos la cumbre de Baleares en la que la parte europea la constituye principalmente el eje Madrid-Bonn.

Uno de los grandes objetivos energéticos que Argelia tiene previsto para un futuro a medio plazo es el de la instalación en una extensa zona del Sahara de un megaproyecto de energía solar. Aunque Argel considera que la propuesta de Desertec, consorcio pilotado por las alemanas Siemens y Eon pero en el que participan Red Eléctrica española y Abengoa, las negociaciones continúan. La propuesta hecha por la francesa CDER parece ya quedar en segundo plano.

La probable cooperación hispano-alemana en grandes proyectos inquieta pues a Francia. Argelia no ha visto con buenos ojos la implantación de la fábrica Renault en Tánger con una producción a medio plazo de 400.000 vehículos destinados al mercado norteafricano, porque anula la posibilidad de poner en práctica la promesa del constructor francés de realizar una planta industrial similar en Argelia. De hecho las autoridades argelinas ya están estudiando el mercado alemán, en particular Volkswagen, al que sería posible asociar la española Seat.

La cumbre de Baleares recuerda las premisas del cónclave de Formentera, en el que participó asiduamente el presidente argelino Abdelaziz Buteflika. La vuelta por parte española a su posición tradicional de apoyo a las resoluciones de Naciones Unidas en el conflicto del Sahara Occidental con la inclusión del derecho a la autodeterminación de la población del territorio de la excolonia española, ha sido muy bien vista por parte argelina.

El anuncio de que el grupo energético español Repsol, junto al alemán RWE y el italiano Edison, se han asociado con la argelina Sonatrach, para desarrollar un megaproyecto gasístico en la zona de Reggane norte, con una inversión prevista de 2.225 millones de euros, confirma el acercamiento por parte de Argel al eje Bonn-Madrid.

España que es el tercer cliente y cuarto proveedor de Argelia, prepara la cumbre bilateral que deberá tener lugar en el segundo semestre de este año en Argel. La cumbre supondrá la primera visita del Presidente Mariano Rajoy a Argelia, y se celebrará tras las Elecciones de mayo próximo en el país magrebí, lo que supone que habrá ya un nuevo gobierno en Argel.