Por Luis de Carlos Calderón.

Hace unas semanas finalizaba el XIII Congreso del Frente Polisario. Con tal motivo, se han repetido ideas que, en muchas ocasiones, he escuchado o leído, en los medios de comunicación social, sobre el Frente Polisario en torno a que se desenvuelve con las maneras de un partido único y actúa, en consecuencia, como una dictadura incluso de carácter totalitario. Sin embargo, ninguno de los comentaristas, que se han hecho eco de estas afirmaciones, tiene en cuenta la imposibilidad de desarrollar una misión de liberación de un territorio invadido y ocupado en un contexto de divisiones y enfrentamientos a las que tiende, por su propia naturaleza, una sociedad dominada por la partitocracia.

La verdad es muy otra. El FP se presenta y actúa como un Movimiento que es comunión en un ideal en orden a la culminación de la independencia del Sáhara Occidental. Por tanto, implica la realidad de miembros o militantes con distintas opiniones o tendencias políticas que mantienen una unidad de acción y de mando debido a la situación extraordinaria e injusta que sufre el pueblo saharaui. Un movimiento puede reconocer las distintas sensibilidades y pareceres que trabajan en su interior, similares a las que subyacen en diversos partidos políticos. Las que podríamos denominar familias ideológicas, están representadas, en la realidad de los hechos, por vías democráticas naturales en las instituciones dela RASDy, por el sistema representativo vigente, en el interior del propio FP. En este sentido, cualquier ciudadano saharaui goza de libertad absoluta para presentarse a las elecciones como viene haciéndose, desde hace décadas, no tanto como miembro de una tendencia ideológica sino al servicio de la comunidad hasta que sea realidad la conformación de un Sáhara libre.

Otro tema ad extra, que considero importante, como ya he argumentado en anteriores artículos, es si cabría la posibilidad de que representantes de las citadas familias ideológicas pudieran participar como observadores en las internacionales que agrupan a partidos políticos de diversas naciones como los que ya hay presente en la socialista. Y por una razón, ya explícita en lo escrito supra, el Movimiento como tal no debería estar en una sola internacional de partidos políticos de una determinada ideología, sino en varias, por no identificarse con ninguna en concreto al constituirse en torno a un ideal que une a todo un pueblo con distintas sensibilidades políticas.

Un movimiento no es un partido único ni un conjunto de partidos políticos. El movimiento desaparecerá, como la organización que hoy conocemos, cuando el pueblo saharaui disfrute de libertad plena después de la celebración del referéndum, aunque su ideal permanezca en la identidad del Sáhara Occidental por su identificación con una etapa histórica que hizo posible una nación independiente. Podría permanecer como el vertebrador de la citada identidad, como un consejo constitucional que la preserve dentro del sistema político que, libremente, se dé el pueblo saharaui al elegir que tipo de democracia desea para su futura convivencia nacional.

Luislexis