Desde hace más de un año, 23 saharauis se encuentran detenidos arbitrariamente en la cárcel de Salé 2, en Marruecos, acusados ante un tribunal militar por ser activistas y defensores de derechos humanos. En esta cárcel han sido sometidos a todo tipo de vejaciones, de malos tratos así como tortura física y psíquica. A causa de las duras condiciones de detención, todos padecen enfermedades crónicas y secuelas irreversibles.

El 13 de enero de 2012, el Reino de Marruecos pretende enjuiciarles mediante un tribunal militar, la misma justicia militar con la que el Reino de Marruecos amenazaba, en 2009, con enjuiciar a otros siete saharauis, destacados defensores de derechos humanos, por haber visitado los campamentos de refugiados saharauis y los territorios liberados del Sáhara Occidental. Gracias a la presión internacional, el Reino de Marruecos terminó por liberar provisionalmente a Ali Salem Tamek, Brahim Dahan y sus compañeros después más de un año de detención arbitraria.

Esta vez, Marruecos pasa de la amenaza a los actos y ha fijado la fecha del juicio bajo la falsa acusación de haber secuestrado a los más de 20.000 saharauis que salieron hacia la zona de Gdeim Izic, a unos 12 kilómetros de la ciudad de El Aaiún, el 10 de octubre de 2010, para instalar el campamento de protesta que jamás se había visto en el Sáhara Occidental bajo ocupación marroquí.

Les acusan también de separatistas, mientras que es el Reino de Marruecos el que les separa de su tierra, tratando así de alejarlos de lo que por derecho les pertenece.

Es el Reino de Marruecos quien ha obligado a miles de saharauis a exiliarse en los campamentos de refugiados en Argelia desde 1975, incumpliendo las normas internacionales en materia de descolonización y perpetrado un verdadero genocidio contra el pueblo saharaui. Es el Reino de Marruecos quien ha cometido, y sigue cometiendo, todo tipo de abusos, mientras muchos miran para otro lado sin importarles lo que ocurre muy cerca de nuestras fronteras.