La CIA habría estado detrás del asesinato del que fuera presidente del Gobierno Luis Carrero Blanco debido, entre otros motivos, a su oposición a entregar el Sáhara a Marruecos, según el libro de Eduardo Soto-Trillo "Viaje al abandono. Por qué no permiten al Sáhara ser libre".
El autor, jurista internacional experto en derechos humanos, analiza en esta obra la situación del pueblo saharaui y mantiene que los últimos hechos violentos en el Sáhara pueden ser la espoleta de una etapa mucho más dura.
El objetivo de su trabajo, ha manifestado a Efe, es difundir la verdad de la situación de un pueblo que en España es bastante desconocida.
La obra hace un recorrido histórico en el que recuerda las posiciones enfrentadas al inicio de la década de los setenta entre España y Estados Unidos sobre el futuro del Sáhara.
El entonces hombre fuerte de Franco, Carrero Blanco, se oponía a la entrega a Marruecos que deseaba la administración estadounidense para apuntalar la monarquía alauí y mantener una buena relación con ella.
Así las cosas, el autor subraya que Estados Unidos consideraba a Carrero un estorbo para sus intereses en este y otros asuntos, y que lo constató su secretario de Estado Henry Kissinger en la reunión que mantuvo con él en Madrid el 19 de noviembre de 1973.
Un día después, el almirante fue asesinado por ETA en un atentado que recuerda que tuvo lugar muy cerca de la embajada estadounidense, donde asegura que la estación de la CIA, dotada con equipos de alta tecnología, podría haber detectado movimientos extraños como la excavación del túnel en el que se colocó el explosivo contra Carrero.
Para apuntalar su teoría, se remite a testimonios del magistrado instructor del magnicidio, Luis de la Torre, quien, años después, apuntó en esa dirección tras comprobar las trabas a su investigación.
Soto-Trillo hace hincapié en lo que considera una "dejación" del Sáhara por parte de España y en los hechos violentos ocurridos en la zona en noviembre, cuando la Policía marroquí desalojó un campamento saharaui en El Aaiún que desató una ola de violencia sin precedentes desde que España se retiró de ese territorio hace 35 años.
Para él, eso es sólo el principio de lo que el pueblo saharaui está dispuesto a hacer para conseguir la autodeterminación, de la misma forma que augura que los sucesos que se están viviendo en Túnez para derrocar la dictadura se extenderán a otras zonas del norte de África.
Narra también con gran detalle la huelga de hambre de la activista saharaui Aminetu Haidar en protesta para que la dejaran regresar a El Aaiún.
Trillo-Soto relata su entrevista con ella hace apenas unos meses en la que la activista le explicó la necesidad de que se trasladen al Sáhara Occidental observadores internacionales para que protejan a su pueblo de lo que ella califica "una atmósfera de miedo y represión, de violación de los derechos humanos de la forma más sutil y personalizada" por parte de Marruecos.
La tesis que refleja el autor en su libro, editado por Aguilar, es que, si la situación no se resuelve con justicia, la nueva generación de saharauis no podrá ser detenida ni por el Polisario ni por los militantes pacifistas, "y una nueva fuerza incontrolable incendiará el desierto".
Fuente: Orange (EFE), 23/01/2011
La CIA habría estado detrás del asesinato del que fuera presidente del Gobierno Luis Carrero Blanco debido, entre otros motivos, a su oposición a entregar el Sáhara a Marruecos, según el libro de Eduardo Soto-Trillo "Viaje al abandono. Por qué no permiten al Sáhara ser libre".
El autor, jurista internacional experto en derechos humanos, analiza en esta obra la situación del pueblo saharaui y mantiene que los últimos hechos violentos en el Sáhara pueden ser la espoleta de una etapa mucho más dura.
El objetivo de su trabajo, ha manifestado a Efe, es difundir la verdad de la situación de un pueblo que en España es bastante desconocida.
La obra hace un recorrido histórico en el que recuerda las posiciones enfrentadas al inicio de la década de los setenta entre España y Estados Unidos sobre el futuro del Sáhara.
El entonces hombre fuerte de Franco, Carrero Blanco, se oponía a la entrega a Marruecos que deseaba la administración estadounidense para apuntalar la monarquía alauí y mantener una buena relación con ella.
Así las cosas, el autor subraya que Estados Unidos consideraba a Carrero un estorbo para sus intereses en este y otros asuntos, y que lo constató su secretario de Estado Henry Kissinger en la reunión que mantuvo con él en Madrid el 19 de noviembre de 1973.
Un día después, el almirante fue asesinado por ETA en un atentado que recuerda que tuvo lugar muy cerca de la embajada estadounidense, donde asegura que la estación de la CIA, dotada con equipos de alta tecnología, podría haber detectado movimientos extraños como la excavación del túnel en el que se colocó el explosivo contra Carrero.
Para apuntalar su teoría, se remite a testimonios del magistrado instructor del magnicidio, Luis de la Torre, quien, años después, apuntó en esa dirección tras comprobar las trabas a su investigación.
Soto-Trillo hace hincapié en lo que considera una "dejación" del Sáhara por parte de España y en los hechos violentos ocurridos en la zona en noviembre, cuando la Policía marroquí desalojó un campamento saharaui en El Aaiún que desató una ola de violencia sin precedentes desde que España se retiró de ese territorio hace 35 años.
Para él, eso es sólo el principio de lo que el pueblo saharaui está dispuesto a hacer para conseguir la autodeterminación, de la misma forma que augura que los sucesos que se están viviendo en Túnez para derrocar la dictadura se extenderán a otras zonas del norte de África.
Narra también con gran detalle la huelga de hambre de la activista saharaui Aminetu Haidar en protesta para que la dejaran regresar a El Aaiún.
Trillo-Soto relata su entrevista con ella hace apenas unos meses en la que la activista le explicó la necesidad de que se trasladen al Sáhara Occidental observadores internacionales para que protejan a su pueblo de lo que ella califica "una atmósfera de miedo y represión, de violación de los derechos humanos de la forma más sutil y personalizada" por parte de Marruecos.
La tesis que refleja el autor en su libro, editado por Aguilar, es que, si la situación no se resuelve con justicia, la nueva generación de saharauis no podrá ser detenida ni por el Polisario ni por los militantes pacifistas, "y una nueva fuerza incontrolable incendiará el desierto".
Fuente: Orange (EFE), 23/01/2011
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