Para los responsables saharauis, el verdadero bloqueo de las negociaciones de Manhasset es, por supuesto, francés, pero también español.

El lunes, la pareja real española ofrecía la recepción tradicional a los miembros del cuerpo diplomático que acuden para felicitarle con ocasión del año nuevo. Un apretón de manos muy protocolario pero "caluroso" del rey y de la reina con sus invitados, seguido a veces de intercambios de algunas palabras de cortesía, de acuerdo con los usos diplomáticos.

La estrella del día en el palacio real

Pasa a menudo en circunstancias semejantes que un diplomático arrebate la "vedette" a sus colegas cuando el rey Juan Carlos le estrecha la mano un poco más de tiempo. En este caso fue con el embajador de Túnez, muy cortejado, del que todo el mundo podía adivinar el tema de conversación.

El personaje del día alrededor del cual se formaba un pequeño círculo de "amigos" que querían inquirir sobre la situación que prevale en su país, no era él sin embargo, sino el nuevo embajador de Marruecos. Un "diplomático" de otro género objeto de miradas discretas, incluso de cuchicheos, en esta inmensa sala de recepción del Palacio de La Zarzuela, porque no tenía ningún rasgo común con el que le había precedido en este cargo, Omar Azziman, antiguo ministro de la Justicia y al que todo el mundo reconocía su valor de diplomático de carrera. Se trata del tránsfuga del Frente Polisario, Ahmedu Souilem, al que el rey Mohamed VI escogió para representar a Marruecos en España, hace ahora más de un año, y que acababa apenas de llegar a su nuevo cargo.

El nuevo embajador "marroquí"

El "Marroquí" no necesitaba hacerse recordar, a través de la invitación que le envió el protocolo real español, que el porte del redingote o del traje tradicional es obligatorio en esta ceremonia.

"¡Aquí esta la novia!", anuncia un fotógrafo en voz baja, acompañada de un pequeño codazo a su colega, designando a Ahmedu Souilem, que llevaba el traje tradicional marroquí, barnus, chach estambul y babuchas de Marrakech.

Una escena que contiene una buena dosis cómica que tenia lugar bajo la mirada medio curiosa medio divertida de los diplomáticos y el "cotilleo" inevitable de ciertos colegas. Indignado por este espectáculo, otro periodista que conoció al ex-diplomático saharaui cuando "lucía" orgullosamente la gandura saharaui en los Campamentos de Refugiados Saharauis de Tindouf, tuvo esta mala reflexión: "Una marioneta. ¡Debería estar al lado de sus camaradas en Manhasset!"

El Rey Mohamed VI había tardado más de un año para autorizar a Souilem a ir a su nuevo cargo en Madrid. Las autoridades españolas, por su parte, habían sentido un cierto malestar a raíz de esta "elección del rey" que no es fortuita. El tránsfuga del Frente Polisario está allí para una sola misión: Defender el Plan marroquí de Autonomía para el Sáhara Occidental. Para el resto de los expedientes que envenenan regularmente las relaciones entre Madrid y Rabat (cooperación, droga, inmigración, Ceuta y Melilla), deja a su ayudante en la embajada marroquí, un diplomático de carrera, ocuparse de eso.

Él, su misión es llevar a cabo, con la ayuda de la diplomacia española, una campaña de propaganda para la promoción del plan marroquí. Para eso Madrid no esperó hasta su llegada a Madrid, para empezar este trabajo mucho antes del comienzo de la quinta ronda de negociaciones informales entre Marruecos y el Frente Polisario, el viernes en Manhasset, cerca de Nueva York, bajo los auspicios de las Naciones Unidas.

Negociaciones en Manhasset

"Fuentes" cercanas a la ONU, como en el pasado, han escogido ser optimistas, sin razones aparentes, diciendo que el Enviado Personal del Secretario General de las Naciones Unidas para el Sáhara occidental, Christopher Ross, todavía "confía" en que las dos partes implicadas en el conflicto saharaui acabarán por crear un "clima favorable" susceptible de permitir sobrepasar las "grandes dificultades que paralizan su diálogo".

No se registra ninguna flexibilidad en las posturas actuales ya que, según las raras noticias que filtraban de este encuentro a puerta cerrada, Rabat quiere todavía imponer su plan de autonomía como base única para las negociaciones mientras que el Frente Polisario insiste en el derecho del Pueblo Saharaui a la autodeterminación y el respeto de la legalidad internacional, en la celebración de un referéndum.

La partida, sin embargo, no se juega en Manhasset sino en otra parte. Alrededor de esta fórmula-clave, el gobierno español sacó esta semana el gran juego, en apoyo por supuesto a las tesis marroquíes. La Jefe de la diplomacia española, Sra. Trinidad Jiménez, hizo la venta de puerta en puerta para que el grupo de "Amigos del Sáhara occidental", todos los países occidentales miembros del Consejo de seguridad, Rusia a parte, para intentar imponer el plan marroquí. Era uno de los objetivos prioritarios de su visita, hace una semana, a Moscú dónde las autoridades rusas comprendieron rápidamente el juego al cual se entrega el gobierno socialista español, en vísperas de la cita de Manhasset.

Jiménez: la "ducha fría" de Moscú

Incluso antes de que ponga sobre la mesa el plan marroquí, su colega ruso, Serguei Lavrov, le pregunta si el Gobierno español cambió o no de postura en la cuestión del Sáhara Occidental. El Jefe de la diplomacia rusa, de golpe, le recuerda que Moscú, por su parte, no cambió la suya sobre este conflicto y que sigue defendiendo una solución "mutuamente aceptable" por las partes implicadas en este conflicto, Marruecos y el Frente Polisario, "en el respeto del derecho del Pueblo Saharaui a la autodeterminación" y "conforme a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU", es decir, la postura de un referéndum libre.

Cogida de improviso, Trinidad Jiménez que acaba de ordenar la expulsión de dos "espías rusos" de España, se pega una verdadera ducha fría. Delante de los periodistas intenta minimizar este "fracaso" alegando que en el curso de sus conversaciones con el Sr. Lavrov, "no se ha hablado de referéndum en concreto", en la antigua colonia española, más bien de las "dificultades y del bloqueo de las negociaciones alrededor del problema del Sáhara Occidental debido a las divergencias entre las posiciones de Marruecos y del Frente Polisario".

De vuelta a Madrid

Insiste en una entrevista con la radio Cadena COPE en las "dificultades de un referéndum para el Sáhara Occidental". Después de haber reconocido que "existe, por cierto, una resolución de las Naciones Unidas", como se lo había recordado, indirectamente, el Sr. Lavrov, que prevé la organización de un referéndum en la antigua colonia española, esta miembro del lobby promarroquí afirma que "hasta el Frente Polisario admite que la celebración de tal consulta popular es más compleja, hoy, que no lo era hace 15 años, debido a las divergencias de puntos de vista sobre los criterios de identificación de los electores".

Deja entender, pues, que el referéndum no es la única técnica para el ejercicio del derecho a la autodeterminación en el Sáhara Occidental, y recuerda que su gobierno se mueve "activamente" con la esperanza de “acercar las posiciones actuales con vistas a un acuerdo entre Marruecos y el Frente Polisario” que sería, concluyó, "la mejor solución". Siempre teniendo como base el plan marroquí.

"Yo, si fuera saharaui..."

La víspera, el ministro español de la presidencia, Ramón Jáuregui, otra figura del mismo lobby, sostenía delante de la prensa que el plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental presentaba más ventajas que el modelo de autonomía en Cataluña.

Incluso se atreverá a "dar un consejo a los saharauis" invitándolos a "aceptar esta solución que vale más que el sufrimiento de tres décadas en el desierto". El Sr. Jáuregui ya ha sido vivamente criticado por los partidos de oposición y la sociedad civil por haber hecho estas mismas declaraciones al día siguiente de brutal asalto al campamento de Gdeim Izik, el 8 de noviembre de 2010.

Para los responsables saharauis, el verdadero bloqueo de las negociaciones de Manhasset es, por supuesto, francés, pero también español.

El delegado del Frente Polisario en Nueva York, Ahmed Bujari, advirtió que "el Gobierno español busca reforzar la posición de Marruecos a través de este tipo de declaraciones", a hacer presión pues, sobre Manhasset.

"Lo mejor para el Gobierno español es mostrar, a veces, cierta retención", dirá, lo que llevará al Partido Socialista español a mandar una invitación al Frente Polisario para una "reunión de alto nivel", el próximo mes. Unas explicaciones en perspectivas.

A. Hamid

Fuente: Le Temps d’Algérie, 22/01/2011

Traducción: Diáspora Saharaui