El Consejo Real Consultivo para los Derechos Humanos (CCDH) de Marruecos confirma en un informe único la muerte de 352 desaparecidos saharauis de 1958 a 1992. De ellos, más de 200 murieron en las bases militares y centros secretos de detención, incluyendo menores.
Afrol News ha tenido acceso a una traducción en inglés del informe del CCDH, cuya elaboración concluyó en diciembre de 2010, pero no estaba pensado en llegar a la opinión pública.
Marruecos ha sido acusado durante años de la práctica sistemática de detenciones extrajudiciales y asesinatos, especialmente contra quienes se oponen a la ocupación del Sáhara Occidental. Esto ha sido negado categóricamente, todo el tiempo, por las autoridades marroquíes.
Desde la década de 1990, sin embargo, los derechos humanos han sido gradualmente más respetados en Marruecos, en particular después de que el actual monarca, Mohamed VI, llegase al trono en 1999. Desde entonces, se han creado instituciones como el CCDH y se les permite profundizar en los abusos antes de promover la reconciliación nacional. Pero, en el caso concreto de los territorios ocupados del Sáhara Occidental, las violaciones de los derechos humanos, incluyendo las desapariciones, siguen siendo la norma habitual.
El informe de CCDH describe cómo 352 saharauis con nombre, cuyo paradero se desconocía desde hace décadas, o bien murieron en combate o fueron asesinados en los centros de detención.
De estos, unos 144 saharauis habían muerto en combate militar, según el informe, que sin embargo no da detalles sobre las circunstancias de su muerte. Las familias de estos saharauis muertos en combate, hasta el momento, no han sido informadas de la muerte o entierro de sus familiares.
La mayoría de los saharauis mencionados en el informe marroquí murieron durante su detención, sin haber tenido un juicio previo. Alrededor de 115 personas murieron en varias bases militares marroquíes, entre ellas 14 menores con edades comprendidas entre los 3 meses y los 15 años. Unas 13 personas fueron ejecutadas por un tribunal marcial en 1976.
El resto de "desaparecidos" saharauis murieron en centros de detención de civiles, tanto en las prisiones ordinarias marroquíes como en los centros secretos de detención, que eran habituales en aquella época. El informe describe cómo en su mayoría estos prisioneros murieron a causa de los malos tratos durante su detención o traslado.
Tampoco las familias de estas víctimas han recibido hasta el momento información alguna sobre el paradero o el estado de sus familiares. Los presos muertos fueron enterrados, por lo general dentro de las prisiones, sin el conocimiento de sus familiares.
La investigación del CCDH va hasta 1992. En aquel momento, unos 261 saharauis encarcelados fueron liberados, muchos de los cuales habían pasado más de diez años en centros secretos de detención, sin pasar por un proceso judicial. Algunos de estos supervivientes sirvieron como informantes a los funcionarios del CCDH.
Las primeras reacciones saharauis a este reconocimiento indirecto marroquí de los abusos de derechos humanos han sido negativas. Abdeslam Omar Lahsen, líder de una asociación saharaui de familiares de desaparecidos, dice que el informe documenta que se habían cometido "crímenes de lesa humanidad" y exige que un tribunal internacional investigue el caso.
"Lejos de curar heridas, este reconocimiento por parte de Marruecos reabre el caso de las víctimas de desapariciones forzadas", dice Lahsen a través de un comunicado. Y añade que Marruecos sigue "manteniendo la impunidad de los autores de los crímenes de lesa humanidad cometidos contra el pueblo saharaui".
El Consejo Real Consultivo para los Derechos Humanos (CCDH) de Marruecos confirma en un informe único la muerte de 352 desaparecidos saharauis de 1958 a 1992. De ellos, más de 200 murieron en las bases militares y centros secretos de detención, incluyendo menores.
Afrol News ha tenido acceso a una traducción en inglés del informe del CCDH, cuya elaboración concluyó en diciembre de 2010, pero no estaba pensado en llegar a la opinión pública.
Marruecos ha sido acusado durante años de la práctica sistemática de detenciones extrajudiciales y asesinatos, especialmente contra quienes se oponen a la ocupación del Sáhara Occidental. Esto ha sido negado categóricamente, todo el tiempo, por las autoridades marroquíes.
Desde la década de 1990, sin embargo, los derechos humanos han sido gradualmente más respetados en Marruecos, en particular después de que el actual monarca, Mohamed VI, llegase al trono en 1999. Desde entonces, se han creado instituciones como el CCDH y se les permite profundizar en los abusos antes de promover la reconciliación nacional. Pero, en el caso concreto de los territorios ocupados del Sáhara Occidental, las violaciones de los derechos humanos, incluyendo las desapariciones, siguen siendo la norma habitual.
El informe de CCDH describe cómo 352 saharauis con nombre, cuyo paradero se desconocía desde hace décadas, o bien murieron en combate o fueron asesinados en los centros de detención.
De estos, unos 144 saharauis habían muerto en combate militar, según el informe, que sin embargo no da detalles sobre las circunstancias de su muerte. Las familias de estos saharauis muertos en combate, hasta el momento, no han sido informadas de la muerte o entierro de sus familiares.
La mayoría de los saharauis mencionados en el informe marroquí murieron durante su detención, sin haber tenido un juicio previo. Alrededor de 115 personas murieron en varias bases militares marroquíes, entre ellas 14 menores con edades comprendidas entre los 3 meses y los 15 años. Unas 13 personas fueron ejecutadas por un tribunal marcial en 1976.
El resto de "desaparecidos" saharauis murieron en centros de detención de civiles, tanto en las prisiones ordinarias marroquíes como en los centros secretos de detención, que eran habituales en aquella época. El informe describe cómo en su mayoría estos prisioneros murieron a causa de los malos tratos durante su detención o traslado.
Tampoco las familias de estas víctimas han recibido hasta el momento información alguna sobre el paradero o el estado de sus familiares. Los presos muertos fueron enterrados, por lo general dentro de las prisiones, sin el conocimiento de sus familiares.
La investigación del CCDH va hasta 1992. En aquel momento, unos 261 saharauis encarcelados fueron liberados, muchos de los cuales habían pasado más de diez años en centros secretos de detención, sin pasar por un proceso judicial. Algunos de estos supervivientes sirvieron como informantes a los funcionarios del CCDH.
Las primeras reacciones saharauis a este reconocimiento indirecto marroquí de los abusos de derechos humanos han sido negativas. Abdeslam Omar Lahsen, líder de una asociación saharaui de familiares de desaparecidos, dice que el informe documenta que se habían cometido "crímenes de lesa humanidad" y exige que un tribunal internacional investigue el caso.
"Lejos de curar heridas, este reconocimiento por parte de Marruecos reabre el caso de las víctimas de desapariciones forzadas", dice Lahsen a través de un comunicado. Y añade que Marruecos sigue "manteniendo la impunidad de los autores de los crímenes de lesa humanidad cometidos contra el pueblo saharaui".
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