Luis de Carlos Calderón
Con un comportamiento pacífico, por parte del pueblo se va desarrollando el referéndum de independencia de Sudán del Sur. Actitud que ha mantenido, desde la firma de la paz en el 2005, aún habiendo sufrido, posteriormente, seis bombardeos de sus ciudades sin caer en la trampa de entrar en guerra como se pretendía con estas provocaciones. Cerca de trescientas mil personas han regresado a su tierra de origen para cumplir con el ejercicio de su derecho a votar. Todo gracias a las presiones internacionales sobre el gobierno del Norte de Sudán que terminó por asegurar que respetaría los resultados finales. La evidencia de la casi unanimidad de la población a favor de la independencia, ha hecho ceder en sus posturas a los gobernantes de naciones que se oponían, como los de China, porque tal vez temían que, en el Tíbet u otras zonas sometidas a la fuerza por el gobierno comunista, se podría soñar en un futuro en libertad.
Sudán del Sur ha padecido una gran represión como el pueblo saharaui aunque, ciertamente, hay diferencias notables y también coincidencias presentes ambas en cada uno de los aspectos que exponemos, resumidamente, entre la realidad saharaui y la sudanesa del sur:
Las dos guerras civiles en el Sudán (1955-1972 y 1983-2005) entre la parte norte, musulmana y árabe, y la sur cristiana y animista y de cultura subsahariana, tuvieron su origen en la unión administrativa, que en 1946 realiza Gran Bretaña, entre dos regiones que hasta entonces se administraban separadamente. Una decisión que se tomó sin consultar a los habitantes del sur, que serían sometidos al poder político norteño. Sin embargo, la guerra saharaui – marroquí de 1976-1991, hasta la tregua trampa que así se ha de llamar mientras no se demuestre lo contrario, no era una guerra civil sino de liberación frente a una potencia invasora y colonizadora, que se arrogó derechos sobre el territorio de la hasta entonces provincia española, tras unos acuerdos ilegítimos sin consulta previa al pueblo del Sahara Occidental.
El acuerdo de paz de 2005 en el Sudán que contemplaba la celebración de un referéndum se ha ido, no sin dificultades, cumpliendo. Por el contrario no ha sido así, por la actitud del sultán marroquí, con el firmado, en 1991, entre Marruecos y el FP.
Sin embargo, el referéndum paralelo prometido para la población de Abyey, a la espera quedan las regiones del Nilo Azul y Los Montes Nuba, para decidir si sus habitantes permanecían en la unidad de Sudán del Norte o se unían a la independencia del Sur se ha aplazado debido a disconformidades sobre el censo de votantes. No hay que olvidar que es un área productora de petróleo, lo que evoca los intereses marroquíes en el suelo sahariano y su correspondiente “intoxicación” del censo.
Las presiones internacionales que ha sufrido Sudán del Norte no las ha tenido Marruecos.
Sudán del Sur se declara independiente de una nación de la que era parte desde su descolonización, el Sahara no ha terminado su proceso de descolonización con respecto a España y permanece ocupado por Marruecos.
Sudán del Sur es cristiano, como Timor Oriental que ya disfrutó de su referéndum, frente a un poder musulmán. Las poblaciones marroquíes y saharauis son musulmanas, aunque no hay que dejar de tener en cuenta que la visión saharaui de la religión, llena de valores naturales y humanos que coinciden con los de sus amigos cristianos, es muy distinta de la que mantiene las autoridades marroquíes con un componente más fundamentalista y represor.
Cientos de niños de Sudán del Sur, lejos de la guerra, fueron instruidos en Cuba, igual que muchos saharauis. Hoy pueden constituir parte de la élite gobernante o social ya veremos con que resultados.
Ambos países disfrutan, desde hace años, de una estructura administrativa con los tres poderes. La RASD lleva décadas demostrando estar capacitada para su autodeterminación y para emprender el camino de hacer posible un Estado en todo el territorio del Sahara Occidental; Sudán del Sur se gobierna autónomamente a partir del 2005. El pueblo saharaui, en líneas generales, es mucho más compacto que el de Sudán del Sur que tendrá que enfrentar los problemas tribales de tantas consecuencias negativas en África.
En este contexto, Bachir Sghaiar, jefe de los representantes de la RASD en la Misión de Observadores de la U. A. en el referéndum del Sur de Sudán ha dicho que "El referéndum en el Sur de Sudán es un importante evento que sólo puede ser una gran lección para los demás". Suponemos a quien se refería. La gran pregunta que se suscita, después de contemplar el desarrollo de los acontecimientos, es la de el porqué Marruecos sigue llevando la voz dominante, sin una presión internacional seria que le “ponga en su sitio”, en un proceso para la convocatoria de un Referéndum que en Sudán se ha realizado, exactamente en seis años, y en el Sahara sufre una demora de veinte.
Luis de Carlos Calderón
Con un comportamiento pacífico, por parte del pueblo se va desarrollando el referéndum de independencia de Sudán del Sur. Actitud que ha mantenido, desde la firma de la paz en el 2005, aún habiendo sufrido, posteriormente, seis bombardeos de sus ciudades sin caer en la trampa de entrar en guerra como se pretendía con estas provocaciones. Cerca de trescientas mil personas han regresado a su tierra de origen para cumplir con el ejercicio de su derecho a votar. Todo gracias a las presiones internacionales sobre el gobierno del Norte de Sudán que terminó por asegurar que respetaría los resultados finales. La evidencia de la casi unanimidad de la población a favor de la independencia, ha hecho ceder en sus posturas a los gobernantes de naciones que se oponían, como los de China, porque tal vez temían que, en el Tíbet u otras zonas sometidas a la fuerza por el gobierno comunista, se podría soñar en un futuro en libertad.
Sudán del Sur ha padecido una gran represión como el pueblo saharaui aunque, ciertamente, hay diferencias notables y también coincidencias presentes ambas en cada uno de los aspectos que exponemos, resumidamente, entre la realidad saharaui y la sudanesa del sur:
Las dos guerras civiles en el Sudán (1955-1972 y 1983-2005) entre la parte norte, musulmana y árabe, y la sur cristiana y animista y de cultura subsahariana, tuvieron su origen en la unión administrativa, que en 1946 realiza Gran Bretaña, entre dos regiones que hasta entonces se administraban separadamente. Una decisión que se tomó sin consultar a los habitantes del sur, que serían sometidos al poder político norteño. Sin embargo, la guerra saharaui – marroquí de 1976-1991, hasta la tregua trampa que así se ha de llamar mientras no se demuestre lo contrario, no era una guerra civil sino de liberación frente a una potencia invasora y colonizadora, que se arrogó derechos sobre el territorio de la hasta entonces provincia española, tras unos acuerdos ilegítimos sin consulta previa al pueblo del Sahara Occidental.
El acuerdo de paz de 2005 en el Sudán que contemplaba la celebración de un referéndum se ha ido, no sin dificultades, cumpliendo. Por el contrario no ha sido así, por la actitud del sultán marroquí, con el firmado, en 1991, entre Marruecos y el FP.
Sin embargo, el referéndum paralelo prometido para la población de Abyey, a la espera quedan las regiones del Nilo Azul y Los Montes Nuba, para decidir si sus habitantes permanecían en la unidad de Sudán del Norte o se unían a la independencia del Sur se ha aplazado debido a disconformidades sobre el censo de votantes. No hay que olvidar que es un área productora de petróleo, lo que evoca los intereses marroquíes en el suelo sahariano y su correspondiente “intoxicación” del censo.
Las presiones internacionales que ha sufrido Sudán del Norte no las ha tenido Marruecos.
Sudán del Sur se declara independiente de una nación de la que era parte desde su descolonización, el Sahara no ha terminado su proceso de descolonización con respecto a España y permanece ocupado por Marruecos.
Sudán del Sur es cristiano, como Timor Oriental que ya disfrutó de su referéndum, frente a un poder musulmán. Las poblaciones marroquíes y saharauis son musulmanas, aunque no hay que dejar de tener en cuenta que la visión saharaui de la religión, llena de valores naturales y humanos que coinciden con los de sus amigos cristianos, es muy distinta de la que mantiene las autoridades marroquíes con un componente más fundamentalista y represor.
Cientos de niños de Sudán del Sur, lejos de la guerra, fueron instruidos en Cuba, igual que muchos saharauis. Hoy pueden constituir parte de la élite gobernante o social ya veremos con que resultados.
Ambos países disfrutan, desde hace años, de una estructura administrativa con los tres poderes. La RASD lleva décadas demostrando estar capacitada para su autodeterminación y para emprender el camino de hacer posible un Estado en todo el territorio del Sahara Occidental; Sudán del Sur se gobierna autónomamente a partir del 2005. El pueblo saharaui, en líneas generales, es mucho más compacto que el de Sudán del Sur que tendrá que enfrentar los problemas tribales de tantas consecuencias negativas en África.
En este contexto, Bachir Sghaiar, jefe de los representantes de la RASD en la Misión de Observadores de la U. A. en el referéndum del Sur de Sudán ha dicho que "El referéndum en el Sur de Sudán es un importante evento que sólo puede ser una gran lección para los demás". Suponemos a quien se refería. La gran pregunta que se suscita, después de contemplar el desarrollo de los acontecimientos, es la de el porqué Marruecos sigue llevando la voz dominante, sin una presión internacional seria que le “ponga en su sitio”, en un proceso para la convocatoria de un Referéndum que en Sudán se ha realizado, exactamente en seis años, y en el Sahara sufre una demora de veinte.
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