Fuente: El Dia

La situación de huelga de hambre vivida por la activista saharaui Aminatu Haidar en el aeropuerto de Lanzarote durante 32 días ha servido para despertar las conciencias dormidas de diferentes sectores de la sociedad, tanto canaria como española e internacional, respecto al inconcluso asunto del futuro del Sahara Occidental. Los invitados al debate analizan las causas y consecuencias de la decisión de Haidar.

La huelga de hambre protagonizada por Aminatu Haidar durante 32 días en el aeropuerto de Lanzarote, sus causas y sus consecuencias han sido objeto del debate organizado esta semana por EL DÍA, en el que han participado el delegado del Frente Polisario en Tenerife, Hamdi Mansour, junto con la diputada canaria nacionalista Flora Marrero y la portavoz de Justicia y Seguridad del PSC, Sandra Rodríguez.

También fueron invitados profesores universitarios expertos en Derecho Internacional, pero excusaron su ausencia por celebrarse en fechas de vacaciones.

Además de los invitados, también colaboró en el debate Juan Carlos García, redactor de este periódico, que cubre las informaciones de la sección Internacional y ha estado siguiendo día a día la actualidad informativa generada por Aminatu Haidar.

Todos los componentes de la mesa coincidieron en que la postura mostrada por la activista saharaui "ha sacado a la luz una cuestión olvidada", en referencia a las reivindicaciones del pueblo saharaui, "que lleva más de 30 años pidiendo que se cumplan la resoluciones de la ONU y lograr la autodeterminación", tal y como precisó Hamdi Mansour.

"La consecuencia inmediata tras la protesta pacifista mantenida por Aminatu Haidar es que ha revivido un conflicto que parecía olvidado", indicó Flora Marrero, quien visitó en dos ocasiones a la activista en el aeropuerto de Lanzarote, durante su huelga de hambre. En su opinión, "este conflicto debe solucionarse y ahora es una buena oportunidad para ello".

La diputada canaria puso de manifiesto que ningún país del mundo "reconoce la soberanía del Sahara ocupado", afirmación que fue apoyada por el resto de los contertulios.

Para Marrero, "se ha puesto de manifiesto la debilidad de España y de su política exterior, porque todo ha terminado bien gracias a la intervención de otros países y a la presión social".

En este punto discrepó Sandra Rodríguez, quien afirmó que la solución "no estaba en manos del Gobierno de España, que sí ofreció alternativas, como la nacionalidad a Aminatu por carta de naturaleza", pero recalcó que en "esta negociación se necesitaba la intervención de muchos países".

Asimismo, hizo hincapié en que el Gobierno de España tiene un absoluto respeto a que se lleve a cabo la autodeterminación del pueblo saharaui.

Por su parte, el delegado del Frente Polisario en Tenerife, Hamdi Mansour, señaló que Aminatu Haidar "ha puesto sobre la mesa el problema de un pueblo olvidado y también ha situado a España, causante del problema, -precisó Mansour- ante la responsabilidad histórica con el pueblo saharaui".

Además, según Hamdi Mansour, "lo más importante es que ha dejado a Marruecos en evidencia, al haber desenmascarado la realidad del país vecino, que no es el que vendía a occidente la transformación, la democracia y el respeto a los derechos humanos, como si fuera el país de Norteamérica más ejemplar para los europeos".

"Nosotros llevamos muchos años diciendo que no existe transformación en el reino alauí y que no es lo que dice", recalcó Hamdi.

Para él, "una de las consecuencias de la huelga de hambre de Haidar es que España ya sabe que tiene un vecino poco fiable".

El saharaui afincado en Tenerife amplió esta idea relatando que Marruecos "tiene reivindicaciones territoriales con todos los vecinos: Ceuta y Melilla, algunas veces Canarias, aspira a una parte de Mauritania, ha ocupado el Sahara por la fuerza, y también quiere el sur de Argelia y una zona de Mali".

Recalcó que estas realidades "están plasmadas dentro del programa del partido del poder marroquí".

En su opinión, "Marruecos sigue utilizando las armas de siempre: terrorismo, inmigración y drogas, dejando sólo dos alternativas para occidente: un rey tirano, dictador, que tiene organizado su país, o un integrista y así ha creado una presión permanente a los países occidentales".

Añadió que, otra cosa que ha quedado en evidencia "es que en Marruecos no hay oposición, porque no es un país democrático y la prueba de ello es que no hay ningún partido, ni ninguna entidad que hable en contra del rey Mohamed VI".

Aspiraciones de expansión

Hamdi insistió en que el gobierno marroquí "es una dictadura vertical". Por este motivo, "siempre hemos dicho a España que tiene un vecino en el que no puede confiar, porque no garantiza una relación estable, ni una seguridad de paz y tiene unas aspiraciones de expansión en detrimento de sus vecinos".

Juan Carlos García apuntó que, de acuerdo a las primeras informaciones generadas, parecía que la situación de Aminatu "era cuestión de días, quizás esperando que su tenacidad se quebrara. No se sospechaba que su persistencia fuera tan firme".

En su opinión, "hasta que no se cumplieron las dos primeras semanas se apreció una voluntad verdadera de encontrar una solución". En cambio, en la última semana, ya en el límite, fue cuando se logró que volviera a su casa.

El periodista opina que ahora "es preciso seguir la estela que ha dejado Aminatu Haidar para lograr los objetivos del pueblo saharaui, pero, teniendo en cuenta que la postura de Marruecos también es muy firme".

Según Hamdi Mansour, "es urgente crear alternativas en el Magreb y las hay, como es el pueblo saharaui, de cultura hispana, con afinidades con España y de formación democrática, porque sería una salida a Marruecos, que en cualquier momento puede crear un conflicto por cualquier cosa".

Dijo que Marruecos saca problemas a todos los gobiernos españoles y recordó que en la presidencia de Aznar "originó el conflicto de Perejil y ahora Aminatu, dos hechos deliberados de provocación a España".

Hamdi Mansour hizo hincapié en que el reino alauí "ha demostrado que es de poco fiar".

Explicó que en el caso de Aminatu Haidar, "ha sido un favor de Moratinos a Marruecos".

Hamdi tiene claro que Aminatu "es una ciudadana marroquí, con un pasaporte marroquí y ese país originó un problema interno, porque Marruecos quería expulsar a Haidar y el Gobierno español cometió un error".

Ante este hecho, Hamdi señaló que Moratinos "se tiene que sentir humillado por su vecino, teniendo en cuenta que España ha sido el país valedor de Marruecos ante la UE y me parece humillante la respuesta que ha demostrado, lo que pone de manifiesto que es un mal amigo".

Asignatura pendiente

En los mismos términos que el resto de los contertulios, Hamdi manifestó que Aminatu ha sacado a la opinión pública la lucha del pueblo saharaui. "Para nosotros, Aminatu es un símbolo de la mujer saharaui, de la defensa de los derechos humanos y de la defensa del derecho madre de todos los derechos -la autodeterminación de un pueblo-, que está pendiente porque España es la potencia responsable del Sahara. Marruecos es su ocupante, pero España tiene que contribuir en la descolonización. Quiera o no, lo tiene que hacer, y desempeñar un papel como lo han hecho otros países con sus colonias. España tiene una asignatura pendiente y es el Sahara".

En su opinión, "Aminatu ha puesto sobre el tapete que la opinión pública española no está de acuerdo con la postura del gobierno respecto al Sahara. El gobierno tiene doble juego: a Marruecos le dice que está con la autonomía y al Polisario le dice que está con la autodeterminación".

Hamdi recordó que España se fue sin descolonizar el Sahara, en época del franquismo y se preguntó, ¿pero cómo justificar ahora la izquierda española el no cerrar esa herida pendiente de España con el pueblo saharaui? "Se ha demostrado que Marruecos tiene al Sahara bloqueado. Aminatu está ahora en otra cárcel, en su casa. Espero y deseo que España saque una lección de esta experiencia y que no se vuelvan a cometer más errores contra un pueblo que fue una provincia española".

En este sentido, Hamdi dijo que el pueblo saharaui no tiene la culpa de la situación.

"Llevamos 34 años resistiendo y luchando pacíficamente. Somos democráticos, como se manifiesta en que la mujer saharaui está en vanguardia de las mujeres del mundo árabe. No tenemos problemas de terrorismo, ni de violación de derechos humanos en la sociedad saharaui. Entonces, ¿qué falta para que España desempeñe su papel?", interrogó.

Y recordó al Gobierno español que es necesario mantener un equilibrio entre los intereses del Estado, la moral y la ética. Matizó las torturas que emplea Marruecos con los saharauis.

"Tenemos 500 desaparecidos, 150 prisioneros de guerra que no sabemos dónde están, más de 50 personas en la cárcel sólo por decir de forma pacífica que no están de acuerdo con la ocupación marroquí y siete activistas de derechos humanos que están encarcelados por haber ido a visitar a sus familias en los campamentos de refugiados, los cuales se enfrentan a un tribunal militar, que les puede dictar la pena de muerte". Éstas son "las barbaridades" que comete muy cerca de la frontera española "nuestro amigo", como dice Occidente. Este vecino "nos esclaviza con el terrorismo, con la inmigración o con el hachís, y así no se puede convivir", afirmó Hamdi, quien recordó que, precisamente, en El Aaiún están los cascos azules Minurso (Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental), porque no hay ningún país en el mundo que reconozca la soberanía marroquí sobre el Sahara. Hamdi Mansour señaló que Aznar consiguió el consenso del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para aplicar el plan de solución basado en el derecho de autodeterminación. "Sólo queremos las urnas".

Sandra Rodríguez expuso que el Gobierno de España "constata una realidad injusta, pero que existe en Marruecos".

Flora Marrero recordó que, gracias a Aminatu Haidar, el Congreso de los Diputados de España ha aprobado una resolución, con el apoyo de todas las fuerzas políticas, menos por el PP, que recoge el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui.

Texto: DORY MERINO Y J.C. GARCÍA Fotos: MARÍA PISACA