La descolonización del Sahara Occidental es la asignatura pendiente de la democracia española. A más de tres décadas del triste acontecimiento, el conflicto sigue estancado por el constante incumplimiento por parte de Marruecos de las resoluciones de Naciones Unidas, que desde 1975 vienen reclamando de forma inequívoca la autodeterminación del territorio. Lejos de capitular y ante la indiferencia de la comunidad internacional, el pueblo saharaui redobló hace año y medio sus actividades de resistencia pacífica en los territorios del Sahara Occidental ocupados por Marruecos.

Nos encontramos que las demandas saharauis de libertad e independencia están siendo brutalmente reprimidas por las fuerzas militares y policiales marroquíes. La población vive bajo un verdadero Estado de Terror con cientos de detenciones ilegales, secuestro de menores, juicios sumarísimos, allanamientos, saqueos de viviendas y torturas, además de asesinato de dos jóvenes manifestantes saharauis. Estas son las respuestas que, pese a contar con el respaldo del Derecho Internacional y de la doctrina de Naciones Unidas, recibe diariamente la resistencia pacífica saharaui a la ocupación ilegal del territorio.

Ante esta situación la inmensa mayoría de los españoles lo hemos proclamado bien alto: basta ya de tanta injusticia. El Gobierno español debe rectificar su actitud y asumir la deuda histórica que sigue manteniendo con el pueblo saharaui desde que lo abandonara a su suerte y asumir, las responsabilidades políticas e incluso jurídicas que aún le corresponden en el proceso e descolonización como Potencia Administradora del territorio. (Las resoluciones de la ONU desde 1.960, del Tribunal Internacional de Justicia de la Haya en 1.975, del Departamento de Asuntos Jurídicos de la ONU de 2.002, no reconocen a Marruecos ninguna soberanía sobre el territorio del Sahara Occidental).

Es hora de que España encabece un proceso que permita al pueblo saharaui decidir libremente su futuro, mediante la celebración del tan prometido referéndum de autodeterminación, la única solución al conflicto según ha vuelto a poner de manifiesto el último Informe de la Misión de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que se presentó en Ginebra en septiembre de este año, tras un intenso trabajo de campo en los meses de mayo a junio. Somos más cada día los que no queremos seguir tolerando que se legitime una ocupación militar por más tiempo. 

 Francisco José Alonso Rodríguez (*)
* Presidente de la Liga Española Pro Derechos Humanos y observador internacional
Fuente: ElSemanarioDigital