Fuente: Extremadura progresista - Alfonso Pérez Cabrera
Sin duda alguna el próximo día 7, será otro día triste para el pueblo extremeño. Desde estas líneas, quiero comenzar dando toda la razón y mi apoyo a los grupos de personas que  se manifestarán/manifestaremos a las puertas del teatro romano de Mérida.

Sin embargo, este año, para este día 7, me gustaría dar un grito por un Pueblo olvidado, saqueado, obligado al exilio o a la prisión en sus propias casas.

Como muchos sabréis el Pueblo Saharaui (ocupado, explotado y abandonado por el estado español) lleva desde 1975 ocupado ilegalmente por el reino de Marruecos. Unos doscientos mil saharauis sobreviven en medio del desierto más inhóspito del planeta, la “Hamada” (el infierno) Argelina. Otros tantos viven presos en sus propias casas en los territorios ilegalmente ocupados por el reino alauí, tal es la represión que el ejército y policía marroquí ejercen sobre la población saharaui que hace menos de una semana un activista saharaui fue detenido, torturado  y juzgado por llevar un llavero con la bandera de su pueblo.

Por desgracia, no muchas personas conocen las violaciones de los derechos humanos que están sufriendo los saharauis.

Pues bien, esta nota es para comentar algo que pasará el día 7 de septiembre que  será otro día triste para los extremeños, pero, sin duda, será un día de fiesta y esperanza para los Saharauis, puesto que el “Observatorio de derechos humanos en el Sahara occidental, del colegio de abogados de Badajoz” recibirá una de las menciones de este acto. Es un mínimo apoyo, es un mínimo reconocimiento, pero para un Pueblo olvidado, son las pequeñas cosas las que dan esperanza.

No trato de alabar a quién otorga esta medalla, puesto que al gobierno extremeño (envuelto en ese alo de hipocresía) le queda un largo camino por recorrer y mucho tiempo por recuperar en esta “lucha contra molinos gigantes” que llevan adelante los saharauis desde hace ya 34 años. Quiero centrar mi atención en los verdaderos afectados, sufridores y siempre alegres compañeros de este mi Pueblo hermano, y aprovechar cualquier posibilidad de darles voz, que en épocas de guerra (os recuerdo que están en alto el fuego desde 1991-aunque en realidad se esté produciéndo un genocidio-, que la guerra ilegal promovida por el reino de Marruecos aún sigue vigente, no se ha acabado), es muy necesario ser escuchado y sentirse arropado.

Me consta que para ellos será un día de fiesta, será un día en el que la burbuja que les encierra y aprisiona se resquebrajará un poquito más.  Se trata de que ese día puedan hablar en los medios del Pueblo Saharaui, salga, aunque sea de pasada una mención a la violación sistemática de derechos humanos en el Sahara Occidental.

Espero que estas palabras, que humildemente escribo, no sean mal interpretadas, pues mi intención es centrar todas las miradas en el Pueblo Saharaui, en el respeto que se merecen, en el apoyo incondicional que, por mi parte, tienen.

Así, el día 7, pitemos a nuestros políticos, pero, aplaudamos al Pueblo Saharaui, arropémosles en su lucha, que sientan que no están tan solos, que vean cómo de verdad el pueblo extremeños está con ellos, que no los olvidamos; pues si cinco años de lucha se hacen largos y costosos, imaginemos 34, todo un ejemplo a seguir ¡SAHARA LIBRE!