Por Mohamed Mahamud Embarec, dic/2008

“..., el informe pone en la misma balanza tanto al agresor como al agredido, equipara realidades "supuestamente opresivas" que se asemejan como el día y la noche y aporta en un amplio manjar toda la propaganda marroquí que hasta ahora difundía el agresor.”

“El informe olvidó mencionar a las decenas de organizaciones solidarias y miles de ciudadanos europeos que visitan a diario los campamentos cuyo amplio conocimiento podría aportar mucho a la realidad que HRW quiere reflejar o disimular,...”

Hasta ahora, Marruecos se ha negado a la publicación de los resultados del estudio realizado por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en el 2006 sobre la situación de los derechos humanos en los territorios ocupados y en los campamentos de refugiados saharauis en Argelia. Cabe preguntarse el porqué de esta negativa y por qué ahora acepta la difusión del informe de HRW, y además en plena capital del reino a vistas y oídos de los marroquíes y de los saharauis. El informe de HRW no dice ni pío del de la comisión de la ONU sobre el tema. ¿Es fruto de la casualidad o es un olvido intencionado? Su lectura en Rabat ¿no tendría el objetivo de hacer el camino a todas las acusaciones formuladas contra el Frente Polisario precisamente ahora que se siente una fuerte presión ejercida sobre Marruecos por el tema de la violación de los derechos humanos de los saharauis? La ofensiva organizada por el Frente Polisario en este ámbito no puede ser ajena a esta espectacular aparición de HRW en un momento en el que Marruecos se siente presionado y busca desesperadamente una escapatoria al callejón sin salida en el que se encuentra.

La persecución, la represión y el exilio desde hace más de 33 años de la que es victima el pueblo saharaui es la causa de la situación en la que vive actualmente porque no ha podido ejercer el sagrado derecho de elegir libremente su destino como lo estipulan las leyes de derecho internacional. El informe de HRW no aborda este tema alegando limitarse a la situación humanitaria para complacer a las autoridades marroquíes. Lo que necesitan los saharauis en primer grado es abolir la causa que les condujo a esta situación de vulnerabilidad tanto en una parte como en otra. Por lo tanto, el informe de HRW ataca a la enfermedad pero se abstiene de hacer alusión a la causa que la produce. Los saharauis que viven en los campamentos están ahí porque así lo han decidido y, como lo indica claramente el informe, nada les impide circular libremente e irse a donde lo desean. Se encuentran allí porque están esperando volver a su tierra. La garantía del retorno a su tierra no es Marruecos sino el Frente Polisario y la lucha que lleva a cabo desde la bárbara invasión marroquí. El informe olvida mencionar la verdadera causa de esta vulnerabilidad, que es la invasión marroquí y el impedimento de la celebración de un referéndum de autodeterminación, tan aclamado por las instancias internacionales.

Sin embargo, para la sorpresa de todos, el informe pone en la misma balanza tanto al agresor como al agredido, equipara realidades "supuestamente opresivas" que se asemejan como el día y la noche y aporta en un amplio manjar toda la propaganda marroquí que hasta ahora difundía el agresor. Incluso va más allá en las tesis marroquíes formulando claras acusaciones contra el Estado Argelino cuyo único crimen es el de haber dado cobijo, apoyo logístico, político y moral a estos refugiados que, de no ser por este apoyo, Dios sabrá en que situación se encontrarían los saharauis en este momento.

Los testimonios sobre los que se basa HRW para criticar al Frente Polisario provienen de personas que por una razón u otra eligieron irse a Marruecos. Sería demasiado ingenuo esperar a que estas personas hagan elogios al movimiento independista saharaui encontrándose bajo tutela marroquí. El informe olvidó mencionar a las decenas de organizaciones solidarias y miles de ciudadanos europeos que visitan a diario los campamentos cuyo amplio conocimiento podría aportar mucho a la realidad que HRW quiere reflejar o disimular, ya que la comunidad saharaui en el exilio es la más observada del mundo. Tampoco menciona la reiterada negativa de Marruecos a permitir la entrada de misiones de observadores internacionales en el Sáhara ocupado.

No obstante, el informe aporta novedades que constituyen un giro importante en el proceso. Deja en claro la naturaleza brutal de la ocupación marroquí y descubre la verdadera cara del régimen marroquí, una cara que, como todo el mundo sabe, Estados Unidos, Francia y España se empeñan en maquillar para que Marruecos parezca una democracia moderna. HRW subraya que todo proyecto de autonomía no tiene sentido en condiciones similares a las actuales vividas bajo tutela marroquí, al igual que pide al Consejo de Seguridad de la ONU asegurar que su presencia en la región incluya un seguimiento habitual de los derechos humanos extendiendo las competencias de la MINURSO añadiendo que "casi todas la misiones de mantenimiento de la paz de la ONU en el mundo tienen una componente de derechos humanos (…) y esta no debería ser una excepción. Realizar esta última recomendación será una dura tarea ya que, como todos sabemos, algunos miembros permanentes del Consejo de Seguridad se opusieron varias veces a insertar en sus resoluciones una moción que condena las prácticas represivas marroquíes en los territorios ocupados del Sáhara Occidental.

Fuentes: Diáspora Saharaui por un Sáhara Libre

Consulta: Informe de HRW