Este consejo prodigado al Polisario suscitó una reacción airada no sólo de los independentistas saharauis, sino de los países que les respaldan, empezando por Argelia y África del Sur. En consecuencia, Ban Ki-moon dio marcha atrás y anunció una nueva versión para principios de esta semana.
El nuevo texto del secretario general llegará fuera de plazo. El Consejo de Seguridad le había dado hasta el 30 de junio para que remitiera un informe sobre la primera ronda de negociaciones sobre el porvenir del Sáhara entre Marruecos y el Polisario, que se celebró a mediados de junio en la periferia de Nueva York. También le pidió que formulara recomendaciones para la segunda ronda, que se ha convocado para el 10 de agosto en el mismo lugar.
En su documento inicial, Ban Ki-moon reconoce que marroquíes y saharauis "mantuvieron posturas muy dispares en cuanto a la definición de la libre determinación", por lo que no hubo avances en la sesión negociadora.
No sólo el secretario general ve con simpatías la propuesta marroquí. También EE UU, cuya diplomacia elaboró en abril el borrador de la resolución sobre el Sáhara que ese mismo mes aprobó el Consejo de Seguridad. El texto estadounidense alaba el plan de Rabat, pero fue enmendado por el Reino Unido y Rusia para que pudiese ser aprobado por unanimidad en la máxima instancia de la ONU. Aun así, la resolución adoptada en abril, la 1.754, elogia los esfuerzos de Marruecos para elaborar su propuesta autonómica.
El pasado fin de semana tuvo lugar un nuevo incidente en El Aaiún, la capital del Sáhara, donde todos los días se producen conatos de manifestaciones duramente reprimidos por las fuerzas de seguridad. El sábado por la noche, tres individuos tiraron, en pleno centro tres cócteles molotov sobre una de las numerosas furgonetas de la policía allí estacionadas. Tres agentes resultaron heridos con quemaduras. La agencia de prensa oficial marroquí, MAP, describe el ataque como "un acto terrorista".